LECTURA HERMENÉUTICA DEL TRATADO DE LAVOISIER: EL COMIENZO DE LA NOMENCLATURA QUÍMICA
Johana Piñeros
Johana Piñeros
Maestría en Docencia de la Química - Universidad Pedagógica Nacional
Johapi235@gmail.com
En el
tratado elemental de la química presentado por Lavoisier en el año 1978, permite conocer gran parte de los avances
científicos relacionados con lo que se denomina en la actualidad combustión y los estudios realizados en cuanto a los
gases y el lenguaje químico, que en los capítulos IV y VI se muestra en mayor
relevancia y los cuales serán objeto de análisis en el presente documento, en
el cual se comienza a consolidar la nomenclatura de las sustancias conocidas
hasta el momento y que permitió que en siglos posteriores enriquecerse con los demás
elementos y sustancias que se descubrían con el paso de los años.
Se ha
precisado que desde los estudios acerca el aire respirable y no respirable, las
transformaciones físicas de las sustancias y los avances en los instrumentos de
identificación de gases y calor, fueron precursores de establecer una serie de
símbolos tanto de letras y números en los cuales las lenguas, como lo menciona Lavoisier en su tratado deben ser
unificadas en el contexto científico para comprender los fenómenos que se
suscitan en lo observable. (Lavoisier, 1798)
En el
caso del agua:
cuando se encontraba en vapor
o cuando se adicionaba lo que se llamaba “calórico” tenía propiedades distintas
las cuales se ignoraba como trasmitirlas en un lenguaje entendible universal, y
como se percibía en el común de las gentes, no se había dado un nombre
particular en ninguna lengua del agua que se halla en este estado, esto mismo sucedió
en todos los fluidos, y en general con toda las sustancias que nos perceptibles
a convertirse en cambiar su estado de agregación; por la misma causa no habían
dado nombres a la mayor parte de los fluidos aeriformes en el estado líquido o
sólido, a pesar de que en la sociedad de este tiempo las palabras aire y agua
era ya eran consagradas en la sociedad.
Lavoisier
en su tratado pensó en desecharlas y en sustituirlas por otras que no fuesen
tan fáciles de inducir a un error y que puedan ser ampliadas al concepto que se
deseaba trasmitir.
Las
palabras nuevas se sacaron principalmente del lenguaje griego, procurando que
su etimología diera idea de las cosas que se proponían expresar y sujetándose
particularmente a no ser ideas cortas si no que se facilitara formar adjetivos
y verbos. Siguiendo este curso de lenguaje el científico,
Macquer conserva y posiciona
el nombre de gas para definir los fluidos elásticos uniformes y no aire de la atmosfera,
el cual era un término genérico que expresaba el ultimo grado de saturación de
cualquier sustancia por el “calórico”, y la expresión de una modificación de
los cuerpos, lo que resulta que se tuviera una confusión entre todos los
fluidos elásticos encontrados hasta el momento,
es por ello que en este tratado se realiza una
distinción de cada uno de los gases manteniendo su nombre de base; y así se
denominaron gas acuoso, el agua combinada
con el calórico, gas etéreo, gas alcohólico(espíritu del vino),así mismo gas ácido muriático, gas amoniacal,
entre otros.
Etimológicamente
el aire de la atmosfera se componía principalmente de dos fluidos aeriformes o
gases: uno respirable, en que pueden vivir los animales, calcinarse los metales
y arder los cuerpos combustibles; y otro con propiedades opuestas, como el no
poderse respirar por los animales ni mantenerse en combustión. A la base de la
parte respirable del aire se le atribuyo el nombre de oxigeno que significa yo
engendro, debido a que este es la base de la formación sustancias como
ácidos, combinándose con la gran mayoría de las sustancias (Lavoisier, 1798) .
En
parte a lo anterior es válido mencionar que uno de los criterios en los cuales
Macquer y Lavoisier coinciden es en la denominación del sustrato de un nombre
para las sustancias que se encuentran inmersas en el aire y que se permiten
definir como gases, los cuales dependiendo de sus procesos experimentales y
obtención tendría un complemento en la denominación de su nombre es por esto
que la base seguiría siendo gas, y la
variabilidad el nombre dependería entonces, según estos autores, de las
sustancias de donde proviene el gas o del procesos físico o químico que permite
la obtención de dicha sustancia.
Así
mismo se hace con los ácidos que se conocían en la época, se hacía una
aproximación de su nombre por la propiedades químicas que se podían descifrar
de las sustancias así por ejemplo el Gas
alkaligeno era aquel que tenía una composición álcalis como lo mencionada
Berthollet y así como el ácido nítrico era una combinación de nitrógeno. Este
capítulo permitió participar nociones para los artículos siguientes ya que al
explicar en su gran mayoría la nomenclatura de las especies de gases que
existían consistió principalmente en nombrar las sustancias simples la cual se
deducía necesariamente de una primera palabra en todos los compuestos.
Por lo
anterior la nomenclatura de los ácidos se pensaba que fuese un poco más fácil
de establecer en los términos de dicho tratado, la palabra acido es genérica y se denominaba como el resultado de una combustión u oxigenación de las sustancias, así por ejemplo cuando el fosforo se
combustiona se denominaba el nombre de ácido
fosfórico, al azufre ácido sulfúrico
y el carbono acido carbónico, partiendo
siempre del nombre el base. Sin embargo la oxigenación de los cuerpos
combustibles, y de una parte de las sustancias que se transforman en ácidos,
ofrece una circunstancia que llama la atención, y es que son susceptibles de
diferentes grados de saturación, los ácidos
que resultan de dos mismas sustancias, tiene propiedades distintas que
dependían de la diferencia de proporción, esta variedad se manifiesta en el ácido
sulfúrico: si el azufre se halla combinado con poco oxígeno, resulta un ácido
volátil, de un olor penetrante y con propiedades del todo particulares, con
mayor proporción de oxigeno se convierte en un ácido fixo pesado y sin olor el cual da sus combinaciones productos muy
diversos. Por esta razón el primer comienzo de la nomenclatura de ácidos no era
muy eficiente pues parecía difícil derivar el nombre de la base acidificable de
dos denominaciones que no expresan los grados de saturación. (Lavoisier, 1798)
Esta parte de la nomenclatura
de la química seria sumamente sencilla si cuando se descubrió la sustancia se
descubriera también sus radicales o cuando en la alquimia se hubieran dado los mismos
nombres, puesto que como en el caso del ácido sulfúrico este fue extraído del
hierro y se denominó ácido vitriólico que sería posteriormente el mismo nombre
de la combustión del azufre y quien se denomina ácido sulfúrico.
Así
esto mismo sucedería con los elementos no metálicos que se habían descubierto
en la época y consecuente a ello la tarea era identificar el nombre de cada
saturación de los ácidos formados a partir de las proporciones del oxígeno y
así tener una distinción de cada una de las sustancia con un nombre tanto de
base como característico de cada uno de los compuestos producidos.
Esto
mismo sucedía con el ácido aireforme llamado aire fixo, el cual se ignoraba que era el producto de la combustión
del carbono con el oxígeno: no hemos
hallado ninguna dificultad en corregir y modificar la lengua antigua respecto a
estos ácidos pues no hemos más que mudar el nombre de ácido vitriólico en el de
ácido sulfúrico el de aire fixo en el del aire carbónico.
En
este orden de ideas era Forzoso tomar un camino inverso, esto es, en vez de
deducir el nombre del ácido de su base,
se ha dado el nombre a la base derivado de la denominación del ácido como
sucede con el ácido que se extrae de la sal marina o de la sal común, al cual
al agregar ácido sulfúrico se presenta en forma de gas y es obtenido el ácido
correspondiente conocido como base muriática¸
derivado del nombre que le atribuyeron Bergman y Morveau, de la palabra
latina muria, aplicada antiguamente a
la sal marina. En este tiempo se hacia la distinción de que si algún día se descubre la naturaleza de un
radical del muriático, será necesario mudar entonces su denominación, dándole
un nombre análogo al de su base cuya naturaleza se haya averiguado, dando a
comprender que en a pesar de conocer toda las saturaciones y derivados de los
ácidos conocidos se hacía una predicción del posible nombre y trasponerlo a la
realidad que las características químicas mostraban.
El ácido muriático ofrece también
una circunstancia muy notable: a imitación del ácido del azufre, y de otros
muchos ácidos, es susceptible de varios grados de oxidación, trasforma el
azufre en un gas acido volátil, muy poco miscible con el agua; y es el que se
denota según Stahl, con el nombre del ácido sulfuroso. Una dosis mayor de
oxigeno le convierte en ácido sulfúrico, esto es, en un ácido que presenta
cualidades acidas que se acentúan en mayor proporción; es mucho mas fixo,
incapaz de existir en estado de gas, en una temperatura muy alta, sin olor y se
mezcla con el agua en muy grande cantidad,
contrario
a lo que sucede con el ácido muriático,
la adición del oxígeno lo hace más volátil menos inmiscible en el agua y de
olor penetrante, observando también los grados de saturación así como en el
azufre lo que en el momento de nombrar se hace la variación de muriatoso y muriático
respectivamente.
Otro
ácido en el cual se hace énfasis a definir y nombrar es el ácido nitroso, a
diferencia del muriático este tiene ya su base y es era conocida hasta el momento
como el ácido nitroso o salitre como se nombraba en la sociedad de la química, sin
embargo habían términos como azoe que
es un radical de saturación de este acido el cual como lo había asegurado Berthollet
se llamaría ácido nítrico y siendo base de alkali
amoniacal.
En
consecuencia de este capítulo, lo que hace que se permita una distinción en los
nombres de los ácidos son los grados de saturación que puede llegar a presentar
cada elemento y su exposición a la cantidad de combustión que pueda presentar cada uno de ellos por la cantidad
del mismo, así y teniendo en cuenta las posturas de Lavoisier, Macquer Y
Berthollet una análisis crítico de los momentos relevantes de estos capítulos
son:
CASO
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CRITERIO:
PALABRA BASE GASES. SUSTANCIAS DE LA ATMÓSFERA.
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LAVOISIER
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MACQUER
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BERTHOLLET
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AIRE
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Definición de lo respirable y no respirable,
en la cual lo respirable es atribuido a lo que se denomina oxigeno que griego
este significa yo engendro. Todo
nombre de los gases tiene una base y una denominación, la base es gas y la
denominación seria la raíz o procedencia de la sustancia, así por ejemplo: gas acuoso, proveniente del agua.
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Conserva la base gas para los fluidos elásticos que se encuentran en el aire,
permite conformar en conjunto con Lavoisier el nombre variable de las
sustancias mediante ejercicios experimentales
|
Estudio de casa puntual: el gas alkaligeno, el cual estudia desde
la procedencia de su obtención median te combinación
de oxigeno con el álcalis conocido en el momento.
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CRITERIO:
PALABRA BASE ACIDOS. GRADOS DE SATURACIÓN
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ÁCIDOS
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La palabra
acido es genérica y es denominada como el resultado de la combustión u
oxigenación de las sustancias.
El aire fixo
es el producto de la oxigenación del carbono.
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Para el azufre, fósforo y carbono existen
diferentes grados de saturación,
los cuales son definidos mediante la cantidad de oxigenación que tenga la
sustancia y así sus características son cambiantes.
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En el ácido nítrico identifica que los grados
de saturación provienen de la combinación de nitrógeno con oxígeno.
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AGUA
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El nombre de agua se le asigna por el
quehacer de la sociedad, sin embargo no erala misma sustancia agua la que se
encontraba en vapor a la que se enconaba en estado líquido o sólido, asi
cuando el agua estaba como fluido elástico tenía unas ciertas características
distintas que en otros estados de agregación, sin embargo no se llega a otra
denominación de agua si no la empleada hasta la fecha.
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NO HAY
CRITERIO
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Si
bien en este tratado es conocido como uno de los primeros documentos en los que
se establecen nombres científicos de las sustancias conocidas hasta ese
momento, contario a lo que se piensa en relación a su facilidad, este no fue
solamente propiciado por Lavoisier, por el contrario, fue una formación de conceptos de varios
científicos en la comunidad y con base a ello tampoco es fácil generar los nombres
de cada sustancia, puesto que como se estudia en la actualidad los nombres
inscritos para las sustancias surgentes en la época, fueron la iniciación de un
lenguaje universal de la química, el que permitió hacer una relación entre el fenómeno y como
comunicarlo, sin embargo es claro que debe hacerse una reflexión en la
actualidad ya con muchos más datos de investigación y sistematización de la
información, que el lenguaje no es nada sencillo de hecho sus raíces
filosóficas y etimológicas hacen cuestionar sobre que se enseña en el aula, si
el docente en química es congruente en interpretar la simbología y las expresiones propias de
una nomenclatura hecha en la química con los eventos científicos que surgen día
a día.
Referencias Bibliográficas
LAVOISIER, A. L. (Edición:Siglo
XVIII (1798)). Tratado
elemental de quimica. Madrid: en la Imprenta Real por Pedro Julian Pereyra: véndese en la
librería de Gomez.