domingo, 3 de diciembre de 2017

EL COMIENZO DE LA NOMENCLATURA QUÍMICA

LECTURA HERMENÉUTICA DEL TRATADO DE LAVOISIER: EL COMIENZO DE LA NOMENCLATURA QUÍMICA

Johana Piñeros 

Maestría en Docencia de la Química - Universidad Pedagógica Nacional
Johapi235@gmail.com

En el tratado elemental de la química presentado por Lavoisier  en el año 1978,  permite conocer gran parte de los avances científicos relacionados con lo que se denomina en la actualidad combustión  y los estudios realizados en cuanto a los gases y el lenguaje químico, que en los capítulos IV y VI se muestra en mayor relevancia y los cuales serán objeto de análisis en el presente documento, en el cual se comienza a consolidar la nomenclatura de las sustancias conocidas hasta el momento y que permitió que en siglos posteriores enriquecerse con los demás elementos y sustancias que se descubrían con el paso de los años.
Se ha precisado que desde los estudios acerca el aire respirable y no respirable, las transformaciones físicas de las sustancias y los avances en los instrumentos de identificación de gases y calor, fueron precursores de establecer una serie de símbolos tanto de letras y números en los cuales las lenguas, como lo menciona Lavoisier en su tratado deben ser unificadas en el contexto científico para comprender los fenómenos que se suscitan en lo observable. (Lavoisier, 1798)
En el caso del agua:
cuando se encontraba en vapor o cuando se adicionaba lo que se llamaba “calórico” tenía propiedades distintas las cuales se ignoraba como trasmitirlas en un lenguaje entendible universal, y como se percibía en el común de las gentes, no se había dado un nombre particular en ninguna lengua del agua que se halla en este estado, esto mismo sucedió en todos los fluidos, y en general con toda las sustancias que nos perceptibles a convertirse en cambiar su estado de agregación; por la misma causa no habían dado nombres a la mayor parte de los fluidos aeriformes en el estado líquido o sólido, a pesar de que en la sociedad de este tiempo las palabras aire y agua era ya eran consagradas en la sociedad.
Lavoisier en su tratado pensó en desecharlas y en sustituirlas por otras que no fuesen tan fáciles de inducir a un error y que puedan ser ampliadas al concepto que se deseaba trasmitir.
Las palabras nuevas se sacaron principalmente del lenguaje griego, procurando que su etimología diera idea de las cosas que se proponían expresar y sujetándose particularmente a no ser ideas cortas si no que se facilitara formar adjetivos y verbos. Siguiendo este curso de lenguaje el científico,
Macquer conserva y posiciona el nombre de gas para definir los fluidos elásticos uniformes y no aire de la atmosfera, el cual era un término genérico que expresaba el ultimo grado de saturación de cualquier sustancia por el “calórico”, y la expresión de una modificación de los cuerpos, lo que resulta que se tuviera una confusión entre todos los fluidos elásticos encontrados hasta el momento,
 es por ello que en este tratado se realiza una distinción de cada uno de los gases manteniendo su nombre de base; y así se denominaron gas acuoso, el agua combinada con el calórico, gas etéreo, gas alcohólico(espíritu del vino),así mismo gas ácido muriático, gas amoniacal, entre otros.
Etimológicamente el aire de la atmosfera se componía principalmente de dos fluidos aeriformes o gases: uno respirable, en que pueden vivir los animales, calcinarse los metales y arder los cuerpos combustibles; y otro con propiedades opuestas, como el no poderse respirar por los animales ni mantenerse en combustión. A la base de la parte respirable del aire se le atribuyo el nombre de oxigeno que significa yo engendro, debido a que este es la base de la formación sustancias como ácidos, combinándose con la gran mayoría de las sustancias (Lavoisier, 1798).
En parte a lo anterior es válido mencionar que uno de los criterios en los cuales Macquer y Lavoisier coinciden es en la denominación del sustrato de un nombre para las sustancias que se encuentran inmersas en el aire y que se permiten definir como gases, los cuales dependiendo de sus procesos experimentales y obtención tendría un complemento en la denominación de su nombre es por esto que la base seguiría siendo gas, y la variabilidad el nombre dependería entonces, según estos autores, de las sustancias de donde proviene el gas o del procesos físico o químico que permite la obtención de dicha sustancia.
Así mismo se hace con los ácidos que se conocían en la época, se hacía una aproximación de su nombre por la propiedades químicas que se podían descifrar de las sustancias así por ejemplo el Gas alkaligeno era aquel que tenía una composición álcalis como lo mencionada Berthollet y así como el ácido nítrico era una combinación de nitrógeno. Este capítulo permitió participar nociones para los artículos siguientes ya que al explicar en su gran mayoría la nomenclatura de las especies de gases que existían consistió principalmente en nombrar las sustancias simples la cual se deducía necesariamente de una primera palabra en todos los compuestos.
Por lo anterior la nomenclatura de los ácidos se pensaba que fuese un poco más fácil de establecer en los términos de dicho tratado, la palabra acido es genérica y se denominaba como el resultado de una combustión u oxigenación de las sustancias, así por ejemplo cuando el fosforo se combustiona se denominaba el nombre de ácido fosfórico, al azufre ácido sulfúrico y el carbono acido carbónico, partiendo siempre del nombre el base. Sin embargo la oxigenación de los cuerpos combustibles, y de una parte de las sustancias que se transforman en ácidos, ofrece una circunstancia que llama la atención, y es que son susceptibles de diferentes grados de saturación, los ácidos que resultan de dos mismas sustancias, tiene propiedades distintas que dependían de la diferencia de proporción, esta variedad se manifiesta en el ácido sulfúrico: si el azufre se halla combinado con poco oxígeno, resulta un ácido volátil, de un olor penetrante y con propiedades del todo particulares, con mayor proporción de oxigeno se convierte en un ácido fixo pesado y sin olor el cual da sus combinaciones productos muy diversos. Por esta razón el primer comienzo de la nomenclatura de ácidos no era muy eficiente pues parecía difícil derivar el nombre de la base acidificable de dos denominaciones que no expresan los grados de saturación. (Lavoisier, 1798)
Esta parte de la nomenclatura de la química seria sumamente sencilla si cuando se descubrió la sustancia se descubriera también sus radicales o cuando en la alquimia se hubieran dado los mismos nombres, puesto que como en el caso del ácido sulfúrico este fue extraído del hierro y se denominó ácido vitriólico que sería posteriormente el mismo nombre de la combustión del azufre y quien se denomina ácido sulfúrico.
Así esto mismo sucedería con los elementos no metálicos que se habían descubierto en la época y consecuente a ello la tarea era identificar el nombre de cada saturación de los ácidos formados a partir de las proporciones del oxígeno y así tener una distinción de cada una de las sustancia con un nombre tanto de base como característico de cada uno de los compuestos producidos.
Esto mismo sucedía con el ácido aireforme llamado aire fixo, el cual se ignoraba que era el producto de la combustión del carbono con el oxígeno: no hemos hallado ninguna dificultad en corregir y modificar la lengua antigua respecto a estos ácidos pues no hemos más que mudar el nombre de ácido vitriólico en el de ácido sulfúrico el de aire fixo en el del aire carbónico.
En este orden de ideas era Forzoso tomar un camino inverso, esto es, en vez de deducir el nombre del ácido  de su base, se ha dado el nombre a la base derivado de la denominación del ácido como sucede con el ácido que se extrae de la sal marina o de la sal común, al cual al agregar ácido sulfúrico se presenta en forma de gas y es obtenido el ácido correspondiente conocido como base muriática¸ derivado del nombre que le atribuyeron Bergman y Morveau, de la palabra latina muria, aplicada antiguamente a la sal marina. En este tiempo se hacia la distinción de que si algún día se descubre la naturaleza de un radical del muriático, será necesario mudar entonces su denominación, dándole un nombre análogo al de su base cuya naturaleza se haya averiguado, dando a comprender que en a pesar de conocer toda las saturaciones y derivados de los ácidos conocidos se hacía una predicción del posible nombre y trasponerlo a la realidad que las características químicas mostraban.
El ácido muriático ofrece también una circunstancia muy notable: a imitación del ácido del azufre, y de otros muchos ácidos, es susceptible de varios grados de oxidación, trasforma el azufre en un gas acido volátil, muy poco miscible con el agua; y es el que se denota según Stahl, con el nombre del ácido sulfuroso. Una dosis mayor de oxigeno le convierte en ácido sulfúrico, esto es, en un ácido que presenta cualidades acidas que se acentúan en mayor proporción; es mucho mas fixo, incapaz de existir en estado de gas, en una temperatura muy alta, sin olor y se mezcla con el agua en muy grande cantidad,
contrario a lo que  sucede con el ácido muriático, la adición del oxígeno lo hace más volátil menos inmiscible en el agua y de olor penetrante, observando también los grados de saturación así como en el azufre lo que en el momento de nombrar se hace la variación de muriatoso y muriático respectivamente.
Otro ácido en el cual se hace énfasis a definir y nombrar es el ácido nitroso, a diferencia del muriático este tiene ya su base y es era conocida hasta el momento como el ácido nitroso o salitre como se nombraba en la sociedad de la química, sin embargo habían términos como azoe que es un radical de saturación de este acido el cual como lo había asegurado Berthollet se llamaría ácido nítrico y siendo base de alkali amoniacal.
En consecuencia de este capítulo, lo que hace que se permita una distinción en los nombres de los ácidos son los grados de saturación que puede llegar a presentar cada elemento y su exposición a la cantidad de combustión que pueda presentar cada uno de ellos por la cantidad del mismo, así y teniendo en cuenta las posturas de Lavoisier, Macquer Y Berthollet una análisis crítico de los momentos relevantes de estos capítulos son:



CASO
CRITERIO: PALABRA BASE GASES. SUSTANCIAS DE LA ATMÓSFERA.
LAVOISIER
MACQUER
BERTHOLLET




AIRE
Definición de lo respirable y no respirable, en la cual lo respirable es atribuido a lo que se denomina oxigeno que griego este significa yo engendro. Todo nombre de los gases tiene una base y una denominación, la base es gas y la denominación seria la raíz o procedencia de la sustancia, así por ejemplo: gas acuoso, proveniente del agua.
Conserva la base gas para los fluidos elásticos que se encuentran en el aire, permite conformar en conjunto con Lavoisier el nombre variable de las sustancias mediante ejercicios experimentales
Estudio de casa puntual: el gas alkaligeno, el cual estudia desde la procedencia de su obtención median te combinación de oxigeno con el álcalis conocido en el momento.

CRITERIO: PALABRA BASE ACIDOS. GRADOS DE SATURACIÓN
ÁCIDOS
La palabra acido es genérica y es denominada como el resultado de la combustión u oxigenación de las sustancias.
El aire fixo es el producto de la oxigenación del carbono.

Para el azufre, fósforo y carbono existen diferentes grados de saturación, los cuales son definidos mediante la cantidad de oxigenación que tenga la sustancia y así sus características son cambiantes.
En el ácido nítrico identifica que los grados de saturación provienen de la combinación de nitrógeno con oxígeno.

AGUA
El nombre de agua se le asigna por el quehacer de la sociedad, sin embargo no erala misma sustancia agua la que se encontraba en vapor a la que se enconaba en estado líquido o sólido, asi cuando el agua estaba como fluido elástico tenía unas ciertas características distintas que en otros estados de agregación, sin embargo no se llega a otra denominación de agua si no la empleada hasta la fecha.




NO HAY CRITERIO


Si bien en este tratado es conocido como uno de los primeros documentos en los que se establecen nombres científicos de las sustancias conocidas hasta ese momento, contario a lo que se piensa en relación a su facilidad, este no fue solamente propiciado por Lavoisier, por el contrario, fue  una formación de conceptos de varios científicos en la comunidad y con base a ello tampoco es fácil generar los nombres de cada sustancia, puesto que como se estudia en la actualidad los nombres inscritos para las sustancias surgentes en la época, fueron la iniciación de un lenguaje universal de la química, el que permitió  hacer una relación entre el fenómeno y como comunicarlo, sin embargo es claro que debe hacerse una reflexión en la actualidad ya con muchos más datos de investigación y sistematización de la información, que el lenguaje no es nada sencillo de hecho sus raíces filosóficas y etimológicas hacen cuestionar sobre que se enseña en el aula, si el docente en química es congruente en interpretar  la simbología y las expresiones propias de una nomenclatura hecha en la química con los eventos científicos que surgen día a día.

Referencias Bibliográficas

LAVOISIER, A. L. (Edición:Siglo XVIII (1798)). Tratado elemental de quimica. Madrid: en la Imprenta Real por Pedro Julian Pereyra: véndese en la librería de Gomez.